Hoy hablaré sobre Lisboa, una ciudad que visité el año pasado y que me enamoró completamente.
Situada dentro del mapa de Portugal, es una ciudad llena de calles que suben y bajan constantemente.
Sus casas son especiales, altos antiguos edificios con fachadas impresionantes, aunque desde la última crisis que invadió a Portugal, hoy en día todavía quedan muchos edificios por reconstruir que se dejaron a medio hacer.
Una de las cosas que caracteriza a la capital de Portugal es el tranvía, recorre todas las calles de arriba a abajo y te dejan descubrir los rincones más escondidos de la ciudad.
El elevador, que se encuentra en el centro de Lisboa, te sube hasta lo alto de un edificio, desde allí arriba puedes ver el mar, las montañas, el Castillo de San Jorge, todas las azoteas y las pequeñas calles y plazuelas que hacen de Lisboa una especial y bonita ciudad.
Además, conecta los barrios que están en diferentes niveles y te evita pasarte un buen rato subiendo y bajando cuestas.
Elevador de Santa Justa
Los pasteles de Belém son una de las especialidades típicas de la repostería portuguesa y uno de los souvenirs más demandados.
Lisboa me gustó más de lo que había imaginado, hizo que me sintiera cómoda, a gusto, tranquila y relajada durante los días que pasé allí... sin duda no fue la última vez que pisaré Lisboa.
2 comentarios:
que buena fotografa!
me ha gustado mucho las frases del final.
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